Materiales:
- Un recipiente grande, preferiblemente transparente.
- Un vaso, también, a poder, ser transparente.
- Agua.
- Una hoja de papel.
Procedimiento:
- Pon agua en el recipiente.
- Haz una pelota con el papel y colócalo en el fondo del vaso. La pelota debe quedar encajada de tal forma que al invertir el vaso no se caiga.
- Pon el vaso boca abajo e introdúcelo verticalmente en el agua hasta el fondo del recipiente.
- Saca el vaso también verticalmente y comprueba si el papel sigue tan seco como al principio.
¿Qué ha ocurrido?
El vaso está lleno de aire. Al introducirlo en el agua, el vaso empuja al agua y la aparta para hacerse sitio. Vemos que el nivel de agua aumenta en el recipiente. A su vez, el agua también empuja al aire, pero éste, al no tener ningún sitio donde ir, se comprime un poco dentro del vaso disminuyendo su volumen.