Ya hemos terminado el cuadro de “La Madre” de Joaquín Sorolla. Este cuadro lo trabajamos primero a nivel sensorial. Los papás se tenían que meter un ratito en la cama con sus hijos, abrazarles y recordarles las nanas que les cantaban cuando eran pequeños.
Esta experiencia me permitió comenzar a conversar con los niños sobre cómo se habían sentido, sus emociones, describir cómo eran sus papás, qué pensaban de ellos, hablar sobre las palabras cariñosas que les dicen… Todos coincidieron que se habían sentido estupendamente y que les encanta pasar tiempo junto a sus seres queridos.
Después, pasamos a pintar el cuadro con ceras y témpera.
Nos quedó así de bonito: